Salta: las crecidas y el arrastre de sedimentos del río Blanco amenaza la conectividad del corredor minero

Vecinos y transportistas advierten que la situación es crítica y podría derivar en cortes prolongados que afectarían tanto a los operativos mineros como a los pobladores de la zona.

Corredor Minero19/02/2025Salta MiningSalta Mining
puente
Puente ferroviario sobre el río Blanco

Las intensas lluvias que azotan la región han puesto en jaque la infraestructura vial y ferroviaria en la Quebrada del Toro, generando un grave riesgo para la conectividad del corredor minero. La crecida del río Blanco, que arrastró grandes cantidades de sedimentos, piedras y ramas desde las altas cumbres, amenaza con bloquear el puente ferroviario del ramal C-14, fundamental para el transporte de insumos y productos desde y hacia la Puna salteña.

El material acumulado redujo drásticamente la distancia entre el puente y el cauce, pasando de casi cuatro metros en condiciones normales a apenas 60 centímetros. Este alarmante descenso no solo pone en peligro la estructura ferroviaria, sino también la transitabilidad de la ruta nacional 51, vía clave para la logística minera y el abastecimiento de las comunidades de la región.

Alerta de vecinos y transportistas

sedimento

Vecinos y transportistas advierten que la situación es crítica y podría derivar en cortes prolongados que afectarían tanto a los operativos mineros como a los pobladores de la zona. En sectores de la ruta 51, diversos arroyos ya han interrumpido el paso en reiteradas ocasiones, y si no se toman medidas urgentes en el puente ferroviario del ramal C-14, el colapso podría dejar incomunicada a la región.

"Nunca vimos el agua tan cerca de las vías. El barro y las ramas se acumulan día tras día, y hasta ahora no se ha hecho nada concreto para evitar que esto termine bloqueando el puente", alertó un vecino de la zona del río Blanco. La situación ya generó inconvenientes en enero, cuando una crecida dejó intransitable un puente menor en la zona.

La falta de mantenimiento y de obras preventivas agravaron la acumulación de sedimentos con el paso de los años, afectando el normal escurrimiento del río y aumentando el riesgo de desbordes e interrupciones en la infraestructura clave. Las autoridades y empresas mineras que dependen del corredor deberán evaluar rápidamente estrategias de mitigación para evitar un colapso en la conectividad de esta región estratégica.

 

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