China redibuja el mapa económico de América Latina con litio, infraestructura y disputas por la autonomía

En el marco del IV Foro China-Celac, el gigante asiático consolida su influencia en América Latina con inversiones en energía, minería y tecnología. La región navega entre el atractivo del capital chino en un nuevo tablero geopolítico que inquieta a EEUU.

Mundo13/05/2025Salta MiningSalta Mining
litio
Mega inversiones Chinas en América Latina

Mientras el litio, las energías limpias y las grandes obras de infraestructura concentran la atención de los capitales globales, China se posiciona como un actor estructural en la transformación económica de América Latina. En este contexto, hoy se celebra en Pekín el IV Foro Ministerial China-Celac, donde se espera la participación de más de treinta cancilleres latinoamericanos y delegaciones oficiales de alto nivel.

El foro marca un nuevo hito en una relación que se ha intensificado en la última década, con Beijing consolidándose como el segundo mayor inversor extrarregional en América Latina —solo detrás de EE.UU.— y como primer socio comercial de potencias regionales como Brasil, Chile y Perú. El avance chino se da en sectores sensibles como el litio, la minería crítica, las telecomunicaciones, los ferrocarriles y la infraestructura portuaria.

Litio y energía

La minería del litio, clave para la transición energética global, se ha convertido en un punto de convergencia entre las necesidades del mercado chino y los intereses de países latinoamericanos. En Argentina, Bolivia y Chile —que concentran más del 60 % de las reservas mundiales—, empresas chinas lideran o participan en megaproyectos de exploración e industrialización.

Bolivia firmó recientemente acuerdos con el consorcio CBC para construir dos plantas de extracción directa de litio (DLE), además de una planta piloto en Uyuni. El Gobierno de Luis Arce defiende estos proyectos como parte esencial del proceso de industrialización soberana, aunque aún deben sortear la revisión legislativa.

En Argentina, pese al discurso inicial del presidente Javier Milei, el Gobierno adoptó una postura más pragmática: mantiene acuerdos financieros con Beijing y permite el avance de empresas chinas en proyectos mineros, hidroeléctricos y tecnológicos. Actualmente, China ocupa el puesto once entre los mayores inversores del país, con una proyección de crecimiento constante.

Brasil: el socio estratégico

Desde 2009, China es el principal socio comercial de Brasil y su mayor comprador de alimentos, especialmente soja. Sin embargo, el vínculo bilateral se ha expandido hacia sectores de alto valor agregado como los autos eléctricos, las telecomunicaciones y las energías renovables. Las inversiones chinas acumuladas superan los 70.000 millones de dólares y podrían ampliarse con nuevos acuerdos en el marco del foro.

Chile y Perú: entre el cobre y los puertos
Chile, primer país sudamericano en firmar un tratado de libre comercio con China, exporta el 37 % de su producción principalmente hacia ese país. Además del cobre, los productos forestales, las frutas y la carne figuran entre los principales rubros. Sin embargo, recientes ataques a infraestructura china en el sur chileno y tensiones diplomáticas con EE.UU. han ensombrecido una relación tradicionalmente fluida.

Perú, en tanto, consolidó su relación con Beijing con la inauguración del megapuerto de Chancay, financiado con capital chino. Esta infraestructura apunta a transformar la logística exportadora del Pacífico sudamericano con destino a Asia. Las exportaciones peruanas a China superaron los 25.000 millones de dólares en 2024, con un fuerte peso del cobre y la agroindustria.

México: entre la oportunidad y la cautela

En el caso mexicano, la cercanía y dependencia económica respecto de Estados Unidos condicionan la relación con China. Aunque se ha incrementado la participación de empresas chinas en sectores como el automotriz y la tecnología, el gobierno de Claudia Sheinbaum ha actuado con cautela para no vulnerar los compromisos del T-MEC. La expansión china es vista en Washington como una posible puerta trasera hacia su mercado interno.

Centroamérica y el Caribe: diplomacia y obras

La cooperación de China con Centroamérica y el Caribe se ha traducido principalmente en obras públicas y apoyo financiero. En El Salvador, China financió la Biblioteca Nacional y un nuevo estadio de fútbol. En Honduras avanza un tratado de libre comercio, mientras que Panamá mantiene su relevancia geopolítica pese a un reciente enfriamiento diplomático.

Autonomía y desarrollo: el dilema de fondo

A medida que crece la presencia económica de China, también crecen las preguntas sobre el tipo de desarrollo que América Latina está consolidando. ¿Se trata de una nueva dependencia, ahora con bandera roja, o de una oportunidad para diversificar alianzas y construir autonomía productiva?

El académico chileno Fernando Reyes Matta lo resume así: “Lo que está en juego es si queremos ser simplemente receptores de capital o actores con voz propia en el diseño del futuro”.

El desafío es claro: aprovechar las inversiones para generar capacidades tecnológicas propias y tomar decisiones soberanas, sin quedar atrapados entre potencias globales. La cita en Pekín puede ser el inicio de una nueva etapa o la confirmación de antiguos patrones con actores diferentes.

Fuente: con datos EFE/Infobae

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