Minería, energía y combustibles: el motor importador que recorta el superávit comercial

El superávit en marzo fue de apenas 323 millones de dólares. Si bien el saldo se mantuvo en terreno positivo, representa una caída de 1.837 millones respecto al mismo mes del año anterior.

Argentina18/04/2025
IMPORTACIONES
Importaciones

En marzo, la presión de las importaciones volvió a sentirse con fuerza en la balanza comercial argentina, que arrojó un superávit de apenas 323 millones de dólares. Si bien el saldo se mantuvo en terreno positivo, representa una caída de 1.837 millones respecto al mismo mes del año anterior. El dato no es menor: el incremento en las compras al exterior viene siendo sostenido desde diciembre, y en marzo alcanzó una suba interanual del 38,7%. En ese movimiento, la minería, la energía y los combustibles jugaron un rol clave.

Uno de los rubros que más traccionó el aumento fue el de combustibles y lubricantes, con un salto del 71,6% respecto a marzo de 2024. El dato confirma lo que varios analistas del sector energético venían anticipando: frente a un consumo interno que se mantiene alto y una producción local aún en fase de recuperación, la necesidad de importar energía persiste, incluso en el contexto de menores precios internacionales (los valores pagados por las importaciones, en promedio, cayeron un 6%).

La minería también hizo su parte en la foto importadora. Si bien no se discrimina de forma puntual en los informes del Indec, fuentes del sector consultadas indicaron que una porción importante del crecimiento en bienes de capital (+74,1%) y bienes intermedios (+6,1%) responde al abastecimiento de maquinaria, insumos y partes destinadas a proyectos mineros, especialmente en la región del NOA. El avance de los yacimientos de litio en Jujuy, Salta y Catamarca, y la reactivación de exploraciones de cobre, explican parte del dinamismo importador vinculado a este rubro.

En paralelo, las exportaciones no acompañaron con el mismo impulso. En total, se registraron ventas por 6.329 millones de dólares, un 2,5% menos que en marzo de 2024. El descenso respondió principalmente a una caída en las cantidades exportadas (-4,2%), ya que los precios tuvieron una leve suba (+1,8%). En este marco, el sector energético mostró una contracción del 13,5% en sus exportaciones interanuales, reflejando las dificultades del complejo gasífero-petrolero para consolidar saldos exportables en un escenario interno de alta demanda.

Las perspectivas tampoco son alentadoras en el corto plazo. El sector agroexportador —tradicional generador de divisas— aún no logra despegar, con una caída del 16,1% en el segmento de productos primarios y una mejora marginal (0,6%) en las manufacturas de origen agropecuario. Así, los ingresos por exportaciones siguen sin compensar el fuerte repunte de las compras externas.

Según el Indec, si se toma el acumulado de los últimos doce meses, el superávit total apenas alcanza los 761 millones de dólares. Una cifra que, aunque positiva, se encuentra en niveles preocupantemente bajos para un país necesitado de divisas.

El panorama, por ahora, revela una economía donde el crecimiento de algunos sectores clave —como la minería y la energía— se da con una fuerte dependencia de insumos externos. Y aunque ese dinamismo productivo podría convertirse a mediano plazo en una fuente de mayores exportaciones, en el presente profundiza las tensiones sobre el ya ajustado saldo comercial.

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