A 4.080 metros, en el corazón de la Ruta del Litio, levantan “La Cruz de Vida” en homenaje al Papa Francisco

Un grupo de fieles de la Puna salteña, por iniciativa del religioso "Pancho" Vacazur, levantó la "Cruz de la Vida" en Abra Blanca, como gesto de fe, esperanza y gratitud.

Salta27/04/2025Salta MiningSalta Mining
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La reciente muerte del Papa Francisco, líder espiritual de millones de católicos en todo el mundo, provocó una ola de conmoción y homenajes en distintos rincones de Argentina. En la provincia de Salta, en pleno corazón de la Puna, donde el cielo parece estar al alcance de la mano y el viento canta su antigua canción, los fieles de la zona encontraron una forma particular de rendir tributo a su legado: la instalación de una cruz monumental en uno de los parajes más emblemáticos de la región.  

El homenaje tuvo lugar en Abra Blanca, a 4.080 metros sobre el nivel del mar, en un tramo de la ruta nacional 51 conocido también como la “Ruta del Litio”. Allí, la familia Vacazur, acompañada por vecinos y trabajadores locales, impulsó a entronización de la "Cruz de la Vida", una estructura metálica de casi cinco metros de altura que ya se integra al paisaje de la alta montaña.

La ceremonia de inauguración, realizada el último fin de semana, fue sencilla pero emotiva.

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Junto a La Cruz de la Vida, en medio del imponente paisaje de Abra Blanca, se colocó también un cartel sencillo pero profundamente conmovedor. Sobre él puede leerse el mensaje: "Descansa en el cielo y en el corazón de los que te aman. Gracias Papa Francisco. Tu rebaño y amigos, Religiosos sin Fronteras." Estas palabras, cargadas de amor y gratitud, expresan el sentir de todos aquellos que, inspirados por su ejemplo de humildad y servicio, hoy lo honran desde uno de los lugares más altos del país, donde la tierra y el cielo parecen fundirse en un mismo abrazo.

El fallecimiento del Papa Francisco conmovió al mundo entero y su llamado urgente a cuidar la Casa Común, plasmado en su encíclica Laudato Si', resuena hoy con más fuerza que nunca. En este acto de fe y gratitud, la Cruz se convierte en mucho más que un símbolo religioso: es una ofrenda viva que une el espíritu humano con la inmensidad de la tierra y del cielo.

La instalación de "La Cruz de la Vida", es una señal poderosa: en medio del desarrollo económico, social y cultural que atraviesa la región, se levanta un recordatorio de que la vida, la fe y el amor al prójimo deben seguir siendo el centro de toda acción.

En un mundo que enfrenta desafíos cada vez mayores —ambientales, sociales, espirituales—, desde uno de los parajes más elevados y remotos del país, brota hoy una voz de esperanza. La Cruz en Abra Blanca no solo mira hacia el cielo: invita a mirar hacia adentro, a reconciliarse con la tierra, a cuidar la vida en todas sus formas, y a continuar el camino marcado por aquel que, desde Roma, nunca dejó de pensar en los más pequeños y en los más alejados.

Una iniciativa de Pancho

Francisco "Pancho" Vacazur, religioso consagrado, quien actualmente reside en el sur, llegó hasta su tierra natal para participar de la ceremonia y ver concretada su iniciativa. En la oportunidad, bendijo la cruz y encabezó un rezó por la unidad nacional, los trabajadores de la minería, las familias puneñas y por la memoria del Santo Padre.

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“La cruz representa la vida que brota de la fe, de la esperanza y del ejemplo que Francisco nos dejó”, expresó Vacazur frente a los presentes. “Queremos que este símbolo sea también un mensaje de paz para todos los que cruzan la inmensidad de la Puna”, añadió.

El gesto tuvo una fuerte carga simbólica: en un territorio caracterizado por su dureza climática y su aislamiento, la instalación de la cruz busca sembrar un mensaje de esperanza y resiliencia, inspirado en el legado del primer Papa latinoamericano, quien dedicó gran parte de su pontificado a promover la defensa de los pobres y la preservación del medio ambiente.

Entre los asistentes estuvieron “Pancita” Aramayo, Ezequiel Ovando, “Chamito” Martínez, “Lolo” Morales, Néstor Alberto, Darío Siquila y Liliana Salva, quienes colaboraron con la logística y la construcción de la cruz. Cada uno de ellos, vinculado de distintas maneras a las actividades mineras, ganaderas y comerciales de la Puna, destacó la importancia de mantener viva la fe y los valores de solidaridad en una región donde las condiciones extremas ponen a prueba el temple humano.

La elección del sitio no fue casual. Abra Blanca es un punto estratégico dentro del corredor minero de la provincia, una zona que es testigo de una creciente actividad extractiva donde conviven trabajadores, comunidades originarias y empresas del sector litífero. “Queremos que esta cruz sea un recordatorio permanente del llamado del Papa Francisco a cuidar nuestra Casa Común y a construir un mundo más justo”, señalaron los organizadores, en alusión a la encíclica Laudato Si'.

La "Cruz de la Vida" ya se destaca en el paisaje de la alta Puna, visible para quienes transitan la extensa y solitaria ruta 51. Más que un homenaje, es una invitación a renovar la fe y el compromiso con los valores que Francisco predicó hasta sus últimos días.

Desde las alturas salteñas, el eco de este gesto sencillo resuena como un canto de gratitud, esperanza y vida. Con esta acción, la familia Vacazur y amigos reiteran su compromiso con el desarrollo responsable, el cuidado de la Casa común (cuidado del medio ambiente) el amor a Dios y al prójimo en el fortalecimiento de sus valores humanos.

 

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