Glencore y Econssa reutilizarán aguas servidas para la minería ¿Argentina debería pensar en hacer lo mismo?

Con una inversión de US$300 millones, Glencore y Econssa impulsan el reúso de aguas servidas en minería, priorizando el cuidado de recursos hídricos en Chile.

Mundo12/05/2025Salta MiningSalta Mining
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El uso exclusivo de aguas servidas tratadas en la minería, como lo implementará Glencore en Chile junto a Econssa, podría marcar un nuevo rumbo para Argentina, que inicia su desarrollo minero a gran escala. En un contexto global marcado por el estrés hídrico, el cambio climático y la urgente necesidad de avanzar hacia modelos productivos más sostenibles, Glencore y Econssa Chile han anunciado un proyecto que podría redefinir los estándares de sustentabilidad en la industria minera.

Con una inversión de más de 300 millones de dólares, el plan contempla el uso exclusivo de aguas servidas tratadas para abastecer las operaciones de Compañía Minera Lomas Bayas y el Complejo Metalúrgico Altonorte, ubicados en la Región de Antofagasta.

Este modelo pionero de circularidad hídrica industrial, sin precedentes a nivel global, plantea una pregunta clave para la Argentina: ¿puede el país —que recién comienza a desplegar su potencial minero en litio, cobre y otros recursos— incorporar tecnologías de reúso hídrico desde el inicio, convirtiéndose en líder en minería verde?

La propuesta de Glencore y Econssa, recientemente adjudicada por la Empresa Concesionaria de Servicios Sanitarios S.A., contempla la construcción de la planta de tratamiento de aguas servidas más grande de Latinoamérica, con una capacidad de hasta 900 litros por segundo. Estará ubicada en el sector Nudo Uribe de Antofagasta y comenzará a construirse en 2025. Esta infraestructura permitirá operar sin consumir agua continental ni depender de plantas desalinizadoras, convirtiendo lo que antes era un desecho —las aguas residuales urbanas— en un recurso productivo de alto valor estratégico.

La apuesta es ambiciosa: en medio de una crisis hídrica que afecta a todo Chile, el país trasandino proyecta una brecha de 140 m³/s hacia 2030, con un nivel de estrés hídrico crítico en el horizonte de 2040. En ese escenario, el modelo de Glencore ofrece una solución replicable para otras regiones mineras del continente, incluyendo provincias argentinas como Salta, Catamarca o San Juan, donde la disponibilidad de agua podría ser un problema en el futuro y la presión social y ambiental sobre los proyectos extractivos es cada vez mayor por parte de las comunidades.

Para Argentina, que avanza en proyectos como Taca Taca, Josemaría, MARA, Tres Quebradas y Mariana, entre otros, el desarrollo de infraestructura hídrica innovadora como la que impulsa Econssa podría significar una ventaja competitiva y reputacional. En particular, en un mundo donde los consumidores y los mercados financieros exigen cada vez más trazabilidad ambiental y cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Vale recordar que Glencore no es nueva en este tipo de prácticas: su fundición Altonorte utiliza aguas servidas tratadas desde hace más de dos décadas, y actualmente apunta a alcanzar el 100% de reúso hacia 2028. Ese know-how, acumulado en la experiencia chilena, podría exportarse a la Argentina a través de joint ventures, asistencia técnica o marcos regulatorios que incentiven el reúso de agua en minería desde los primeros pasos.

Con el objetivo de garantizar la factibilidad del suministro, el acuerdo considera la construcción de una nueva planta de tratamiento de aguas servidas para la ciudad de Antofagasta, que se ubicará en el sector del nudo Uribe, y cuyo costo ascenderá a más de US$270 millones, de los cuales US$125 millones serán aportados por las operaciones de Glencore en la región.

En definitiva, el proyecto Glencore–Econssa no solo inaugura una nueva era para la minería chilena. También marca un camino que la Argentina podría —y debería— considerar seriamente, si quiere que su despegue minero esté alineado con las exigencias del siglo XXI.

Sobre los proyectos

Lomas Bayas es una operación de cobre ubicada en pleno Desierto de Atacama, al interior de la comuna de Sierra Gorda y a 36 kilómetros al este de la localidad de Baquedano, en la región de Antofagasta.  Manteniene una de las operaciones con menor ley mineral de la industria nacional. Extrae minerales oxidados, mediante la explotación de un yacimiento a rajo abierto y su procesamiento en la planta de lixiviación y electroobtención por solventes.  

El Complejo Metalúrgico Altonorte está ubicado en el barrio industrial La Negra, a 25 kilómetros de la ciudad de Antofagasta.  Altonorte produce y comercializa ánodos de cobre, ácido sulfúrico y cobre en solución (PLS). La producción de ánodos se despacha vía terrestre y marítima (Puerto de Antofagasta) y de acuerdo con las especificaciones requeridas por cada uno de sus clientes, principalmente refinerías ubicadas en Latinoamérica, Australia, Canadá, Europa y Asia.  

Dentro de sus líneas de procesos productivos, una de las más importantes es la producción de ánodos. El ácido sulfúrico -principal subproducto- uno de los insumos estratégicos de la industria minera para producir cobre en los procesos hidrometalúrgicos. El PLS se comercializa en un 100% en el mercado nacional.  

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