Abrir minas, y preparar el terreno para el futuro

por Gonzalo Castañeda Nordmann. Diplomado en Derecho Minero, Regulación y Gestión Minera; y temas ambientales. https://cnbabogados.ar/ 

En ocasiones, se desconoce el verdadero significado del cierre de minas. Sucede que Salta, y Argentina en General, no cuenta con una tradición e historia minera muy arraigada como lo fuera la agricultura y la ganadería, y el folklore que las rodea.

Para comprenderlo, es esencial reconocer que toda actividad, sea industrial, agropecuaria o minera, puede llegar a su fin. En el contexto minero, una mina puede alcanzar su última etapa por diversas razones, como el agotamiento del mineral, la falta de rentabilidad económica debido a precios internacionales bajos, o condiciones macroeconómicas o sociales cambiantes. 

Cuando una empresa minera decide finalizar sus operaciones, comienza una fase crucial que incluye el cierre de la mina, el desmantelamiento de instalaciones y, posteriormente, la rehabilitación del sitio, para dejar allí un legado positivo. Esta etapa de conclusión, sea temporal o definitiva, debe ser regulada para garantizar la estabilidad físico-química del área, asegurar un cierre ambientalmente responsable y contemplar aspectos financieros y sociales.

Salta, aunque aún no enfrenta proyectos mineros en fase de cierre (ya que, en estos tiempos modernos la minería es cosa nueva) y pocos proyectos están empezando a dar sus primeros pasos, ya sea la producción de oro en cercanías de Tolar Grande, o los proyectos de Litio que hoy son la vedette y a través de la cual se empezó a hablar de minería entre todos los salteños. Esta insipiencia, este nacer de la minería no nos dio tiempo aún de pensar en la etapa final de la actividad, su cierre; al que se denomina “cierre de Minas”, y que seguramente la veremos décadas en adelante.

Sin embargo, ya contamos con normativas que abordan estos temas (Art. 249 Código de Minería - Ley 7.141 - Res. 19/19 de la Sec. de Minería). Y a nivel nacional se observa un creciente interés en la legislación sobre el cierre de minas.

Por eso, hoy en día es imposible pensar que al finalizar la producción minera una empresa levante sus cosas y se vaya, dejando un esqueleto de infraestructuras y centenar de trabajadores en la calle; como pudo suceder décadas atrás con mina conocida como La Casualidad (Mina Julia), Mina la Poma, las minas de Uranio mantenidas por la CNEA, y en otras provincias como Río Negro (Mina de plomo Gonzalito), ex fundición de plomo Metal Huasi en Abra Pampa, Jujuy, las escombreras de Calingasta, San Juan, entre otras. 

Un ejemplo notable de este proceso se puede observar en las minas Duthie y Silver Standard en Columbia Británica, Canadá, y Matlosana en Sudáfrica. En estos casos, el cierre de las minas no resultó en un abandono masivo de la región. Por el contrario, con el tiempo, estas áreas lograron diversificar su economía y generar nuevas fuentes de empleo y actividad económica. Esta transición exitosa demuestra que el cierre de minas puede ser una oportunidad para el desarrollo sostenible de las comunidades locales, evitando así el impacto negativo en el empleo y la estabilidad económica o ambiental de la región.

Recientemente, la Secretaría de Minería de la Nación emitió la Resolución N° 161/2021 que aprueba los "Lineamientos generales para el cierre de minas con garantías financieras en la República Argentina", una guía fundamental que invita a las provincias a adherirse.

A medida que proyectos mineros incipientes en Salta comienzan a dar sus primeros pasos, es imperativo considerar el cierre de minas como parte integral de la planificación, y pensar por ejemplo cómo quedarán las piletas de evaporación de Litio en la Puna, y el estado de la cuenca. La experiencia internacional muestra que una adecuada planificación del cierre puede transformar sitios mineros en recursos turísticos y centros de desarrollo económico. La minería responsable implica no solo un mandato legal, sino un compromiso ético con la sociedad y el medio ambiente.

El desarrollo de reglas claras permitirá a las empresas considerar las acciones ambientales como parte esencial del proyecto, maximizando beneficios financieros y ambientales. En un contexto global donde la minería busca ser más responsable, es esencial comprender que el cierre de minas es una etapa fundamental que debe abordarse con visión a largo plazo y compromiso con el entorno.