Salta se proyecta con inversión privada, reglas claras y obra pública como motor del cambio urbano

Con un mensaje directo y sin vueltas, el intendente Emiliano Durand encabezó el encuentro “Salta se transforma”, donde trazó el rumbo del desarrollo local. Inversión privada, alianza público-privada, incentivos fiscales y una histórica apuesta a la obra pública fueron los ejes de una hoja de ruta pensada para los próximos 10 y 20 años.

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El Centro Cultural Dino Saluzzi fue el escenario de un mensaje que buscó marcar un antes y un después. Frente a desarrolladores, inversores, representantes de cámaras empresarias y funcionarios, el intendente Emiliano Durand fue claro: “Sin inversión privada no hay ciudad posible”. Y agradeció, sin vueltas, a quienes apuestan por Salta. “Gracias por confiar en la ciudad, gracias por invertir y gracias por crear trabajo”, señaló.

Durand remarcó que desde el primer día de gestión entendieron que el rol del Estado municipal debía cambiar. Dejar de ser un obstáculo y transformarse en un facilitador. “Había que construir un Estado que deje de ser un pulpo, que no complique, que no trabe, sino que acompañe el desarrollo”, explicó, al recordar las reuniones previas a asumir con cámaras como CADISAL, desarrolladores e inversores, quienes marcaron qué cosas no estaban funcionando.

Ese diagnóstico fue el punto de partida para lo que el jefe comunal definió como un cambio profundo en las reglas del juego. Nuevos códigos de edificación y planificación, normas claras y estables, y un mensaje contundente, en Salta ya no hace falta ser amigo de nadie para construir. “La norma tiene que ser tan atractiva por sí misma que todo lo demás pase a un plano absolutamente secundario”, afirmó.

Incentivos fiscales

Uno de los anuncios más celebrados fue el paquete de incentivos fiscales. Quienes inviertan en la ciudad y generen empleo formal podrán acceder a hasta cinco años sin pagar tributos municipales. Una herramienta concreta para estimular la inversión y el trabajo en blanco, que se suma a otras políticas de incentivo y a la puesta a disposición de terrenos públicos para proyectos estratégicos.

Pero Durand fue más allá y dejó en claro que el Estado no solo debe fijar el marco, sino también invertir. En ese sentido, lanzó un dato fuerte y que apunta a que en 2026 el municipio invierta más de 100 mil millones de pesos en obra pública, un récord histórico. Esa cifra representará más del 35% del presupuesto total, convirtiendo a la obra pública en el eje central del gasto municipal.

¿Dónde se verá esa inversión?

En los grandes accesos a la ciudad, en nuevas conectividades, en la mejora del tránsito y en obras estratégicas como la colectora de avenida Bolivia, nuevos accesos en la zona sur, la avenida del Carnaval y, especialmente, la Costanera, definida como “el mayor desafío” para descomprimir la circulación y generar nuevo valor urbano.

El intendente también habló de una mirada integral. Es decir, no solo asfalto y hormigón, sino también nuevos parques, plazas, recambio de iluminación y accesos pensados para la usabilidad, el comercio y la vida cotidiana. “No es solo estética, es facilitar el movimiento de la gente, el flujo comercial y la inversión”, resumió.

Durand cerró el encuentro con una idea clara y contundente: el liderazgo no pasa por imponer, sino por escuchar. “En dos años avanzamos mucho. Imagínense lo que vamos a avanzar en cuatro”, apuntó, dejando claro que el rumbo está marcado y que, esta vez, Salta apuesta a crecer con planificación, reglas claras y trabajo conjunto entre el Estado y el sector privado.

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