Proyectos Mineros Binacionales: Impulso Económico y Colaboración Estratégica entre Chile y Argentina

Fred Camus Yeomans es CEO de AdapVector Consulting, una consultora de Chile que brinda servicios para la minería y cuenta con un gran renombre en Latinoamérica.

Revista01/10/2024Salta MiningSalta Mining
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La integración minera entre Chile y Argentina ha abierto un mundo de posibilidades para el crecimiento económico de ambos países. A través del Tratado de Integración y Complementación Minera, vigente desde el año 2000, se han eliminado barreras logísticas, permitiendo la libre circulación de equipos, personal y capital entre los dos países. Este acuerdo ha facilitado la cooperación en proyectos binacionales estratégicos como el distrito minero de Lunahuasi, que incluye los yacimientos de Josemaría, Filo del Sol y Los Helados, el último de ellos en Chile. Estos yacimientos representan una inversión conjunta que superara los 7.000 millones de dólares, posicionándose como una plataforma clave para el desarrollo económico no solo en ambos países, sino también en la región sudamericana.

La colaboración binacional en estos proyectos es clave para maximizar el impacto económico que tendrá la minería en Chile y Argentina. Para Chile, consolidar su posición como uno de los principales productores de cobre a nivel global refuerza su economía basada en la minería, generando miles de empleos directos e indirectos, fortaleciendo su infraestructura y expandiendo su red de proveedores especializados. Para Argentina, la oportunidad es aún mayor, ya que la minería no ha sido históricamente un pilar fundamental de su economía.

Los proyectos binacionales no solo impulsarán la creación de empleos y el desarrollo de capacidades locales, sino que también podrían incrementar significativamente el PIB de la provincia de San Juan, donde se encuentran ubicados los yacimientos. Se estima que la inversión total de estos proyectos podría generar hasta 7.000 empleos directos y 15.000 indirectos en las fases de construcción y operación, aportando un crecimiento anual del 1.5% al PIB regional .

Uno de los aspectos más relevantes de este contexto es el fortalecimiento del capital humano y la red de servicios especializados en minería. Argentina, a diferencia de Chile, cuenta con una industria minera menos desarrollada, lo que hace que la cooperación con Chile sea fundamental para el éxito de los proyectos binacionales. Chile, con su vasta experiencia en la explotación de minerales y una sólida base de proveedores especializados, puede aportar el conocimiento y los recursos necesarios para que estos proyectos se desarrollen de manera eficiente. Esto no solo mejorará la operativa en Argentina, sino que también generará oportunidades de empleo y formación para ambos países. En este sentido, la colaboración binacional permitirá que Argentina avance rápidamente en el desarrollo de su industria minera, beneficiándose de la experiencia de Chile y reduciendo costos operativos. Esta sinergia es clave para alcanzar una escala global en la explotación de estos recursos, ya que la experiencia chilena complementará el potencial de crecimiento argentino.

Otro factor crucial en el éxito de estos proyectos es la implementación del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), aprobado recientemente por el presidente argentino Javier Milei. Este régimen ofrece una estabilidad fiscal por 30 años, junto con exenciones impositivas y beneficios cambiarios. El RIGI busca atraer grandes inversiones extranjeras en sectores clave, como la minería, asegurando un entorno predecible y favorable para los inversores. En proyectos como Lunahuasi, donde la inversión y los riesgos son altos, este régimen proporcionará una seguridad a largo plazo que resulta fundamental para garantizar la viabilidad económica.

Los beneficios fiscales del RIGI, como las exenciones en derechos de exportación y los beneficios en el IVA y Ganancias, mejorarán las condiciones financieras para las empresas que operen en Argentina, incentivando aún más la inversión en estos proyectos. Además, la experiencia chilena en infraestructura será un componente clave para el éxito de estos emprendimientos binacionales. Chile ha desarrollado una vasta red de infraestructura minera, incluyendo puertos, plantas desalinizadoras y sistemas de transporte, que son esenciales para el funcionamiento de proyectos de gran envergadura como los de Lunahuasi.

Dado que Lunahuasi es uno de los depósitos no desarrollados más grandes del mundo, con sondeos que han revelado concentraciones de hasta un 1.8% de cobre en perforaciones de más de 800 metros, la capacidad de Chile para construir y operar infraestructuras críticas será crucial para el éxito del proyecto. La cooperación binacional en la creación de una red logística eficiente permitirá que los minerales extraídos en Lunahuasi y otros yacimientos sean exportados de manera eficaz, lo que aumentará el potencial de ingresos tanto para Chile como para Argentina. Además, se estima que esta colaboración en infraestructura podría generar ahorros de hasta un 15% en los costos logísticos y de operación, lo que incrementaría la competitividad de los productos en los mercados internacionales .

Los proyectos mineros en esta región se encuentran en una fase avanzada de exploración y evaluación. De acuerdo con estudios recientes, se espera que la construcción de infraestructuras en Lunahuasi, así como en Josemaría, Filo del Sol y Los Helados, comience en los próximos 2 a 3 años. La entrada en operación de estos proyectos se proyecta para 2027-2028, siempre y cuando se completen las aprobaciones regulatorias y se aseguren los financiamientos necesarios. El potencial económico de estos proyectos es inmenso, no solo en términos de la producción de cobre, oro y plata, sino también por el impacto que tendrán en la creación de empleos directos e indirectos, y en el impulso económico que generarán en ambas naciones.

El Tratado de Integración Minera entre Chile y Argentina ha sido clave para viabilizar estos proyectos. Firmado en 1997 y vigente desde el año 2000, este acuerdo establece un marco legal que facilita la cooperación en proyectos mineros, eliminando barreras burocráticas y estableciendo reglas claras para la operación binacional. Entre sus disposiciones más importantes se incluyen la libre circulación de bienes y personas, lo que permite a las empresas mineras operar con mayor flexibilidad, ya que el personal técnico y los equipos pueden moverse entre las fronteras sin restricciones. Además, el tratado facilita el financiamiento y la obtención de permisos, lo que reduce significativamente los tiempos de espera para la aprobación de proyectos. Estos factores han permitido que proyectos como Lunahuasi, Josemaría, Filo del Sol y Los Helados puedan avanzar con mayor rapidez y menos obstáculos burocráticos.

Sin embargo, el éxito de estos proyectos no depende únicamente del marco legal y los incentivos fiscales. La gestión de estos proyectos será un componente esencial para su éxito a largo plazo. Uno de los desafíos más importantes es la gestión de los riesgos regulatorios y políticos, ya que cada país tiene marcos normativos diferentes que pueden afectar el desarrollo de los proyectos. Para mitigar estos riesgos, es fundamental que se establezcan acuerdos bilaterales sólidos, que contemplen mecanismos de arbitraje internacional y planes de mitigación de riesgos. Estos acuerdos garantizarán que, en caso de cambios regulatorios, los proyectos puedan continuar sin mayores interrupciones.

Otro aspecto clave es la gestión de los stakeholders. La participación de comunidades locales, gobiernos y actores internacionales es crucial para asegurar la viabilidad social y política de los proyectos. Las empresas deben implementar estrategias claras de comunicación y transparencia para mantener alineados los intereses de todas las partes involucradas. Esto no solo ayudará a prevenir conflictos sociales y ambientales, sino que también fomentará un clima de confianza que beneficiará a largo plazo la operación de los proyectos.

En términos de sostenibilidad, estos proyectos se encuentran en áreas sensibles desde el punto de vista ambiental, lo que hace necesario adoptar estándares globales de sostenibilidad. La implementación de tecnologías limpias y la realización de evaluaciones de impacto ambiental rigurosas serán fundamentales para asegurar que los proyectos se desarrollen de manera responsable. La adopción de tecnologías verdes, como la energía renovable y las plantas desalinizadoras, también será esencial para minimizar la huella ambiental y garantizar que los recursos se utilicen de manera eficiente.

Otro desafío importante es la coordinación de la infraestructura y la logística transfronteriza. La construcción y operación de infraestructuras que conecten las minas con los puertos y otros centros de distribución serán esenciales para asegurar el éxito económico de los proyectos. Una planificación conjunta y coordinada entre ambos países permitirá que las inversiones en infraestructura se realicen de manera más eficiente, reduciendo los costos de transporte y mejorando la capacidad de exportación.

Finalmente, el monitoreo y control de estos proyectos a gran escala requerirá el uso de tecnologías avanzadas. Sistemas de monitoreo digital, como Power BI, permitirán integrar datos en tiempo real de ambas jurisdicciones, facilitando la toma de decisiones y el cumplimiento de los plazos y presupuestos estipulados. La capacidad de analizar y reaccionar rápidamente a los datos operativos será esencial para asegurar que los proyectos se mantengan en el camino correcto.

En conclusión, los proyectos mineros binacionales entre Chile y Argentina, como Lunahuasi que integra  a Josemaría, Filo del Sol y Los Helados, representan una oportunidad única para el crecimiento económico regional. La combinación de incentivos fiscales, la cooperación binacional en infraestructura y la experiencia de Chile en la gestión minera proporcionan un marco ideal para el éxito de estos proyectos. Sin embargo, el éxito dependerá de una gestión eficaz de los riesgos regulatorios, una planificación adecuada de la infraestructura y el uso de tecnologías avanzadas para el monitoreo y control. Si se gestionan correctamente, estos proyectos no solo impulsarán las economías de Chile y Argentina, sino que también consolidarán su posición como actores clave en la industria minera global.

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