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Gisela Mansilla: "A las mujeres que sueñan con ser choferes, les diría que se animen, que no se detengan"

Salta Mining entrevistó a Gisela, una mujer que decidió cumplir su sueño y reinventarse para convertirse en chofer de camiones superando muchas adversidades.

Especial 26/03/2024 Salta Mining Salta Mining

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En el vibrante mundo del transporte, donde los desafíos parecen infinitos y las barreras de género a menudo son palpables, surge la inspiradora historia de Gisela Anahí Mansilla. Esta mujer valiente y decidida ha conquistado caminos inexplorados en la industria del transporte, desafiando estereotipos y superando obstáculos con una determinación inquebrantable.

Desde las calles de Rosario, Santa Fe, hasta los vastos paisajes de la puna, Gisela ha forjado un camino único, destacándose como técnica química, auxiliar de enfermería al principio hasta que logró reinventarse como chofer de camión. Su viaje no solo representa un logro personal, sino un testimonio elocuente del poder de la perseverancia y el coraje frente a la adversidad.

En esta entrevista con Salta Mining, exploramos los momentos clave de la vida de Gisela, desde su primer paso detrás del volante hasta sus triunfos más recientes en la industria minera. Descubrimos los desafíos que enfrentó, las lecciones que aprendió y las inspiradoras palabras que tiene para ofrecer a quienes sueñan con seguir sus pasos. Es una historia que nos recuerda que los sueños pueden convertirse en realidad si uno está dispuesto a perseguirlos con pasión y determinación.

Actualmente, Gisela se encuentra en la búsqueda de un nuevo empleo dentro del ámbito minero, demostrando una vez más su determinación y su disposición para enfrentar nuevos desafíos con valentía y optimismo.

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Antes de comenzar, ¿quién es Gisela?

Me presento, soy Gisela Anahí Mansilla, tengo 49 años y soy de la ciudad de Rosario, Santa Fe. Soy técnica química, auxiliar de enfermería y chofer de camión. Gisela es una mujer con coraje, curiosa, aventurera, predispuesta a aprender y amante de los desafíos que la hagan crecer día a día en diferentes aspectos de la vida. Soy una apasionada de la mecánica del automotor y he ido obteniendo mucho conocimiento a lo largo de la vida.

¿Cuándo tomaste por primera vez la decisión de ser chofer de camión?

Ser chofer de camión fue un sueño guardado en un cajón. Vengo de una familia donde la mayoría son enfermeros y desde chica tenía el anhelo de poder manejar uno, aunque ese mundo estaba muy lejos para mí. Estudié enfermería y trabajé, realicé varios cursos extras como nutrición parenteral, gerontología, vida y muerte, etc. Cuando mi hijo menor cumplió la mayoría de edad, abrí mi caja de sueños guardados, abandoné la enfermería y mi vida comenzaba a dar un giro de 180 grados, saliendo de mi zona de confort.

¿Cómo lograrlo si aún seguías sin contactos y gente en el área? Busqué un camión de alquiler, pagaba una clase de una hora al mes, era el día que su dueño podía. ¿Costó? Uff, claro que sí. ¿Lo conseguí? Está logrado. Hoy en día la vida me ha regalado muchas cosas que veía aún más lejos de mi alcance, como ser minera.

¿Tuviste apoyo familiar?

Sí, totalmente. Tuve el apoyo de mi madre e hijos, era esa pequeña gran hinchada alentándome y dando ánimo para continuar. Se escuchaba un: "dale mamá que vos podés", y esas palabras grandiosas que siempre tiene mi madre para darme. Ella decía que los sueños posibles están para cumplirse, por más difícil que se torne el camino, no se los debe abandonar y que jamás baje los brazos hasta lograrlo. "Solo anda hija y lógralo, sé feliz".

¿Te costó poder insertarte profesionalmente?

Sí, me costó mucho. No tenía a nadie conocido y tampoco tenía contactos. Cuando saqué mi licencia de conducir, luego mi LINTI y creía que ya estaba. La verdad no fue así, no tenía experiencia, tenía más de 40 años y era de sexo femenino, además de no tener contactos. Nadie me quería tomar, lloré mucho y rogué a Dios otro tanto. El hombre que me enseñó enfermería, me contrató por 6 meses, luego fui a Mendoza donde trabajé otros 6 meses, vendieron el camión y yo otra vez quedaba sin empleo y rogando a Dios. Fui realizando alguna que otra changa, me fui formando poco a poco, escuchando y absorbiendo de los que más sabían. Hasta que llegué al sector minero y tuve esa gran oportunidad gracias a la implementación de la igualdad de género.

¿Cómo es un día tuyo arriba de un camión?

Mi día arriba de un camión comienza realizando todos los controles de la unidad y los papeleos. Luego, no me doy cuenta del tiempo que paso arriba de un camión; es tanto lo que me apasiona que se convierte en mi lugar feliz.

¿Es un mundo laboral machista?

Sí, realmente es un sector muy machista. Hay desigualdad de género en los puestos laborales y tampoco se encuentra la infraestructura necesaria para nosotras las mujeres. Algunos choferes tampoco están preparados, ya que se reciben acosos o hacen sentir inferiores. Los lugares de descarga tampoco están adaptados, ya que es un rubro que realizaban solo los hombres.

¿Tienes alguna anécdota en donde la hayas pasado mal y en donde la hayas pasado bien?

Recuerdo que una vez en Neuquén estaba realizando larga distancia y paré en un surtidor de gasolina para pasar la noche. Quise ir al baño, me dijeron que estaba clausurado por falta de agua. Miré a mi alrededor, había luces y gente por todos lados, no sabía dónde poder higienizarme. Miré una canilla que estaba en el lugar y ¡tenía agua! Quedé indignada y muy enojada porque pasé un mal momento. Al margen de la adaptación, un lugar donde la pasé bien fue en la puna. Cumplía roster de 20x10 y era despreocuparme de mi casa, mis hijos y como ya dije, el camión es mi lugar feliz, fue el lugar donde solo tenía que trabajar y no me faltó agua.

¿Cómo ves la situación del transporte comparándola con cómo era cuando empezaste y ahora?

El transporte ha mejorado bastante, aunque aún le falta mucho. Hoy en día, por la demanda y el crecimiento de las industrias, es el más usado. Además, es más simple el tema del papeleo y monitorear las cargas para que lleguen en tiempo y forma. También ha evolucionado en tecnología, rendimiento y seguridad.

¿Cómo llevas la relación familiar y social al dedicarte al transporte?

La relación laboral arriba de un camión y la familia, por mi parte, no es tan compleja, a menos que ocurra alguna emergencia. Mis hijos son mayores de edad y no me influyen en nada. Puedo realizarlo sin problemas.

¿Cuál fue tu mayor logro profesional en este rubro?

Mi mayor logro fue llegar a ser chofer y mi segundo logro fue trabajar en la minería. Hoy en día no solo puedo manejar chasis y acoplados, sino también manejo volcador, bateas y fuera de ruta.

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Hay mucho interés por parte de las mujeres en esta profesión. ¿Qué les recomendarías?

A las mujeres que sueñan con ser choferes, les diría que se animen, si les da un poco de miedo, que lo logren con miedo pero que no se detengan hasta sentirse orgullosas de ellas mismas. Que permitan que sus logros y éxitos, sus aspiraciones y sus sueños crezcan cada vez más, tratando de superarse a sí mismas y sobre todo que tengan la certeza de que son totalmente capaces y están aptas para lograrlo.

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