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Litio: por qué América Latina es clave para la transición energética mundial

Un artículo publicado en World Economics Forum, se destaca la creciente importancia del litio, esencial en la transición hacia energías renovables.

Economía 20/01/2024 Salta Mining Salta Mining

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En una nota recientemente publicada en el World Economics Forum, se destaca la creciente importancia del litio, un mineral esencial en la transición hacia energías renovables y vehículos eléctricos. América Latina, con aproximadamente el 60% de las reservas identificadas, se sitúa en el epicentro de esta "fiebre del oro" del litio, conformando el "triángulo del litio" compuesto por Bolivia, Argentina y Chile.

Sin embargo, a pesar de las vastas reservas, surgen inquietudes sobre la sostenibilidad de su extracción en la región, especialmente debido al uso intensivo de agua. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señala que la extracción de litio en América Latina plantea desafíos significativos, desde el estrés hídrico hasta problemas medioambientales y sociales. A medida que la demanda de litio se proyecta multiplicarse por 40 en las próximas dos décadas, surge la necesidad de abordar estos retos para garantizar un desarrollo sostenible en esta industria clave para la transición hacia una energía más limpia.

Destacados

  • Alrededor del 60% del litio identificado se encuentra en América Latina, con Bolivia, Argentina y Chile formando el "triángulo del litio".
  • Se prevé que la demanda de litio se multiplique por 40 en las próximas dos décadas debido a la transición energética hacia las energías renovables y los vehículos eléctricos.
  • Sin embargo, existe preocupación por la sostenibilidad de la extracción de litio en América Latina así como otros lugares, por el uso intensivo que hace del agua.

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Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), América Latina alberga aproximadamente el 60% del litio identificado en el mundo. Se considera que Argentina, Bolivia y Chile están en el "triángulo del litio", una zona de los Andes que limita con los tres vecinos y es rica en reservas de litio.

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) calcula que, de un total mundial de 86 millones de toneladas de litio identificadas, Bolivia alberga 21 millones de toneladas, Argentina 19,3 millones y Chile 9,6 millones. Sin embargo, según el Center for Strategic & International Studies (Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales), Chile está a la cabeza en la utilización de estas reservas para la producción comercial. Según este centro, Argentina y Bolivia van a la zaga debido a los problemas de inversión y a unas condiciones geográficas más difíciles.

El PNUD afirma que también es difícil ganar dinero con la producción de litio porque la mayor parte de los beneficios de la industria proceden de una larga cadena de valor que crea baterías. Los diez principales fabricantes de baterías por cuota de mercado se encuentran en países asiáticos. Por lo tanto, los países latinoamericanos tendrán que hacer mayores inversiones para localizar una mayor parte de la cadena de valor con el fin de obtener beneficios significativos.

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Retos de sostenibilidad en torno a la extracción de litio

La extracción de litio requiere el uso de volúmenes muy elevados de agua, unos 2,2 millones de litros por tonelada de litio. Esto ha provocado graves problemas en torno al estrés hídrico, una situación en la que los recursos hídricos de una región no son suficientes para satisfacer sus necesidades. La mina boliviana de San Cristóbal consume 50.000 litros de agua al día. En Chile, las empresas mineras de litio han sido acusadas de agotar las reservas vitales de agua, hasta en un 65% en la región del Salar de Atacama, según los informes.

La mayor parte de la producción de litio en América Latina procede de salinas con ecosistemas frágiles. Según el PNUD, las explotaciones mineras también conllevan el riesgo de contaminar las cuencas hidrográficas locales.
Las comunidades indígenas también dependen del suministro de agua para su subsistencia. El activista indígena argentino Román Guitián declaró a la revista Time que creció cerca de la mina de litio más antigua del país, en Hombre Muerto, y que su familia criaba llamas, cabras y ovejas. Sin embargo, el desvío de agua dulce del río Trapaich, utilizada en la producción de litio, ha secado el valle. "Era precioso. Pero hoy no hay animales porque está todo seco", dice Guitián. "En el futuro, tendremos litio, tendremos coches eléctricos, pero no tendremos agua".

Según Time, el fabricante estadounidense de litio Livent, que explota la mina, ha puesto en marcha un programa para restaurar el valle mediante la replantación y nuevos sistemas de riego. Pero también planea duplicar la capacidad de producción de litio de la planta para finales de 2023 y está excavando un oleoducto hasta otro río cercano.

El auge de los vehículos eléctricos y las energías renovables impulsa la "fiebre del oro" del litio

Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), se prevé que la transición energética mundial multiplique por 40 la demanda de litio de aquí a 2040. Las baterías de iones de litio se utilizan para almacenar energía procedente de fuentes renovables como la eólica y la solar.

La demanda de vehículos eléctricos se dispara a medida que más países se comprometen a abandonar los coches de gasolina. El litio, a veces llamado "oro blanco", es uno de los componentes clave de las baterías de los vehículos eléctricos. A escala mundial, las ventas de vehículos eléctricos aumentaron hasta los 6,6 millones en 2021, casi el doble que un año antes.

La enorme demanda del metal ha provocado una subida de los precios que está creando incentivos para extraer aún más litio. Los recursos de litio identificados aumentaron de 53 millones de toneladas en 2018 a 89 millones de toneladas en 2022, según el USGS.

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