Anyelen Ávalos: "Las mujeres de la Puna quieren involucrarse en la generación de oportunidades en su comunidad"

Anyelen Ávalos vive en El Huaico, un barrio ubicado en zona norte de la Ciudad de Salta. Es Licenciada en Trabajo Social desde el 2019, carrera que eligió posiblemente por la forma de crianza que le dieron sus padres y los ambientes laborales que tuvieron, que ella supo hacer como propios.

Anyelen cuenta que cuando era niña, y comenzó a tener consciencia de que existían los derechos, alrededor de los 8 años, empezó "a empatizar con las desigualdades".

"Me dolía ver a la gente en situación de calle o la violencia en las mismas. Tenía 10 años cuando mi papá empezó a mostrarme las diferentes realidades. Recorrimos barrios y otras comunidades. Su objetivo era generar conciencia en mí y en mis hermanas. Se volvió una misión personal contribuir en las situaciones que están a mi alcance para reducir las brechas", expresó en una extensa entrevista con Salta Mining.

De hecho, asegura Anyelen, que durante los años le costó aprender a "no involucrarse" tanto con esas situaciones, y su carrera profesional le ayudó a posicionarse de manera "más objetiva".

¿Cómo llegas a Fundación Cóndor?

A Fundación Cóndor llegó por la recomendación de una amiga. Ya me contaba de los proyectos que se pensaban y desarrollaban. Sabía que iba a gustarme. Ella sugirió que asuma la coordinación de la Escuela de Construcción para Mujeres dado mi interés en las cuestiones referidas al género. En una reunión con el Director General de la Fundación, David Villarroel, en la cual me presentó todas las propuestas, me convencí con fuerza.

En la fundación cumplís un rol clave que es empoderar y capacitar a las mujeres de la Puna Salteña, ¿qué te genera ese rol? ¿Qué te motiva?

La lucha para promover la igualdad de derechos entre hombres y mujeres lleva varios años. Sin embargo, queda mucho pendiente, sobre todo en comunidades con posicionamientos más tradicionales.

Muchas veces existen oportunidades y siempre está presente el marco legal con sus recursos para promover la igualdad. Sin embargo, generar instancias de participación plena siempre se presenta como un desafío porque están tan arraigados a nivel sociocultural los estereotipos de género que muchas mujeres se convencen de que ciertos lugares no son para nosotras. De aquí la necesidad de “empoderar”. Puede sonar banal pero si no potenciamos la fuerza y motivación de cada persona, los niveles de participación se reducen y con ello la accesibilidad a derechos y la promoción de la igualdad. Esto me motiva a involucrarme. Conocer la situación de cada una de las mujeres y estar a disposición.

¿Qué desafíos ves en la Puna?

Hay muchas problemáticas que permanecen latentes en la Puna: la violencia de género, el consumo excesivo de alcohol, el suicidio y otras. También hay recursos a disposición. Entonces el desafío es diseñar proyectos que respondan a dichas cuestiones conjugándose estas con las demandas de la comunidad, es decir, aquello que las personas consideran necesario o de las formas que podrían interesarles, por ejemplo, la Escuela de Construcción para Mujeres responde a las situaciones de vulnerabilidad de las mujeres (acceso a la educación/formación, desempleo o empleo informal, carga de cuidado y violencia de género). Todo acompañado de un análisis social crítico, posicionados en el desarrollo humano.

Otro desafío está vinculado a la articulación entre los distintos actores sociales para poder acompañar con un buen impacto a las comunidades, como por ejemplo, en la Escuela de Construcción somos un gran equipo entre Fundación Cóndor, Fundación UOCRA, POSCO y la Municipalidad de San Antonio de los Cobres. Además existen otras colaboraciones por detrás que hacen todo más grande, por ejemplo, BMI Constructora.

¿Cómo reaccionan las mujeres con las capacitaciones?

La devolución de las chicas al proyecto es de puro agradecimiento. Están motivadas porque se abrieron muchas puertas. El impacto es inmenso y las alianzas con la Fundación UOCRA, la municipalidad de SAC y la empresa POSCO Argentina, potenciaron los resultados.

Les comparto el testimonio de una de las mujeres.

... es importante valorar la voluntad de los que quieren hacer algo (habla de las instituciones públicas, privadas y del tercer sector). No solo la voluntad sino la perseverancia y el interés de animarnos a que nosotras podamos hacer algo... la voluntad de enseñar la valoro mucho más que todo lo que aprendimos.

Nos quedamos con esas personas que dejan sus cosas en otro lugar para venir a enseñarnos. Agradecemos el acompañamiento emocional; que nos hayan animado a decir ¡Sí, nosotras lo vamos a hacer y lo vamos a terminar!. No en todos los talleres hacen ese tipo de análisis (se refiere al componente sostenible del proyecto).

Algunas veces si puedes vienes y si no puedes no vienes y punto. Este fue muy diferente. Todas nos sentimos acompañadas y se generó un ambiente de respeto ya que nos llevó a reflexionar y a cumplir porque mi compañera también lo hacía.

La construcción no solo nos permitió saber construir sino también nos abrió la cabeza y decir ¡sí puedo hacerlo! o podemos hacer muchas otras cosas más. Estar ahora armando un currículum es un logro bastante grande porque muchas pensábamos en levantarnos y ponernos a cocinar, a atender al padre, a la madre, al hijo o al marido y ahora no porque pensamos a dónde podemos ir a trabajar... y eso ya es abrirnos las mentes...

Abrir la mente es importante para todas las personas... siempre vivimos en nuestro mundo, en nuestro pueblo, en nuestra comunidad, en nuestra familia y no sabemos que hay un mundo enorme de oportunidades y sorpresas (aprovecha para agradecer el regalo de BMI) que nos alienta a decir ¡sí lo vamos a hacer!.

A mí me parece muy importante todo esto, que no sólo digamos "si ya hice un curso y listo" sino que nos alienten y acompañen a buscar más.

Agradezco a mis compañeras que a pesar de las diferencias tenemos esto en común, pudimos dejar de lado ciertas cosas para venir a formarnos y aprendimos juntas, tenemos muchas cosas que hoy nos ponen en este lugar y espero que todas las que estemos aquí logremos algo mejor. Yo creo que todas nos merecemos, como madres, poder darles lo mejor a nuestros hijos y que el día de mañana nuestras hijas crezcan con la mente abierta y muchas oportunidades, no tener que pasar por el cuestionamiento de nuestro padre, de nuestro hermano y poder decir que quieren hacer lo que quieran mientras nosotras las apoyemos.

Agradezco por estos momentos y las insto a que sigan trabajando (promueve la acción comunitaria por parte de las instituciones) porque hay mucha gente que está esperando esta oportunidad, yo me comprometo a acompañarlo, sea o no trabajo (remunerado) creo que es importante para la comunidad, para que tengamos el ejercicio del pensamiento (se refiere a la visibilización y problematización de las desigualdades de género), de dar oportunidades a las mujeres y en ese camino tenemos que apoyar todas nosotras que lo hemos iniciado. Es un pensamiento que a nosotras nos ha costado cambiarlo pero lo reconocemos y sabemos de qué manera lo tenemos que defender: con conocimiento, valentía y fortaleza.

Yo los felicito y agradezco todo el tiempo que nos brindaron porque no es lo mismo salir dos horas de sus casas a tener que viajar tantas horas por días.

Espero que sigan trabajando y que haya un montón de proyectos más para que ustedes crezcan y hagan crecer; para que nuestra comunidad pueda crecer.

V.M

Participaste del programa Construcción para Mujeres, ¿cómo definirías a esas mujeres que son ejemplo de vida y superación?

Para mí son la revolución de la Puna. No solo por lo que lograron y son capaces de lograr a nivel personal sino porque están haciendo historia. Ellas mismas enarbolan ahora la bandera de la igualdad. Están motivadas y quieren involucrarse en la generación de oportunidades en su comunidad. Nos piden replicar el proyecto y traer otros para que muchas mujeres más puedan ser parte. Su compromiso hoy va más allá. Las admiro un montón.
Estos tipos de capacitaciones rompen barreras y desafían estereotipos?

Todas las barreras y estereotipos. Creo que el testimonio de V.M. es la prueba misma.

¿Qué desafíos te quedan personalmente y laboralmente?

El desafío es permanecer en la Puna y dar respuestas a las problemáticas sociales, generar oportunidades y promover el desarrollo de las comunidades y de su gente. Hablamos siempre de sostenibilidad para promover procesos autogestivos que sean sostenidos y fortalecidos en el tiempo.